Dios―Nuestra mayor protección

Dios―Nuestra mayor protección

Todos necesitamos protección en algún momento—protección del medio ambiente, de enfermedades e incluso de personas. Una buena planificación y preparación puede ayudarnos a estar seguros en situaciones desafiantes, pero al fin y al cabo es Dios Quien es nuestra mayor protección. Él obra en nosotros para mantenernos seguros de cualquier peligro, y Él causa que prosperemos en este mundo. Jehová es el que da la verdadera seguridad.


Proverbios 21:31:
El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria
[o la seguridad].

La preparación y la vigilancia son importantes, pero debemos de mantener la seguridad en su perspectiva apropiada. Dice en Salmos 127:1: «Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia». Es Dios Quien guarda y protege a Su gente. La habilidad propia del guardia es limitada, pero con Dios el guardia siempre puede estar confiado de llevar a cabo su tarea.


Proverbios 29:25:
El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado.

Dios nos protege y nos libra cuando ponemos nuestra confianza en Él. La Biblia está repleta de relatos acerca de Dios protegiendo a Su gente cuando ellos pusieron su confianza en Él: Noé, Abraham, Josué, Gedeón, Ezequías, Ester, Daniel, Nehemías, Jesucristo, Pedro, Pablo y otros. A medida que Moisés y los hijos de Israel creyeron la Palabra de Dios, Él los protegió de las enfermedades de aquellos que los rodeaban (Éxodo 15:26). David creyó «en el nombre de Jehová de los ejércitos» para vencer a Goliat y llevar liberación a Israel.


Salmos 33:16-20:
El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen
[respetan], Sobre los que esperan en su misericordia,
Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.
Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.


Salmos 46:1:
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

La fuerza y las habilidades naturales siempre son limitadas. Pero la fortaleza y la habilidad de Dios son ilimitadas. Como creyentes renacidos, no tenemos que depender de nuestra propia fuerza, porque nuestro Padre celestial es nuestro amparo y fortaleza.

Hay algunas cosas que podemos hacer para ver la protección de Dios.

  • Guardar fielmente la Palabra de Dios en nuestro corazón y recordar las promesas de Dios. Dios nos da la sabiduría que necesitamos para tomar las decisiones correctas para que podamos vencer y prosperar en cualquier situación.


    Josué 1:8,9:
    Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
    Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

    Dios le dijo a Josué que si él vivía conforme a la ley del Señor, entonces Josué prosperaría y todo le saldría bien.

  • Orar y echar toda nuestra ansiedad sobre Dios (I Pedro 5:7). Podemos acostarnos cada noche sabiendo que nuestro Padre celestial nos protegerá y nos cuidará.


    Salmos 4:8:
    En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

  • Planificar y prepararse con consejos sabios. Buscamos ayuda de aquellos que tienen la sabiduría de Dios y que creen Su Palabra.


    Proverbios 11:14:
    …en la multitud de consejeros hay seguridad.

  • Hablar la Palabra de Dios con denuedo.


    Hechos 4:29:
    Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra.

    Vencemos las amenazas y los temores con la poderosa Palabra de Dios. Brillamos como luminares para disipar las tinieblas de este mundo.

Dios es nuestra mayor protección. Ponemos nuestra confianza en Su habilidad y poder y no en nosotros mismos. A medida que creemos Su Palabra, ¡nuestro Padre celestial nos da la libertad para movernos seguros en nuestras comunidades y prosperar, sabiendo que Jehová es el que da la verdadera seguridad!

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