Cuando era niño, mi madre quería que yo aprendiera a pescar para que me ejercitara en la pesca y en la paciencia. Aprendí que una parte importante de pescar en un estanque tiene que ver con saber observar y esperar. Usted tiene que estar atento o podría perder el pez que muerde su anzuelo. O peor aún, ¡su caña de pescar podría caer y ser arrastrada en el agua por el pez! Esa paciencia que aprendí cuando pescaba ha dado frutos para observar y esperar por Dios en mi vida. Ha habido muchas ocasiones en las que la solución de Dios ha llegado, en Su tiempo perfecto, en medio de situaciones difíciles y peligrosas. Saber en Quién esperamos nos ayuda a ser pacientes y a confiar en Él. ¡Esperar en el Señor nos permite seguir avanzando fortalecidos en nuestras vidas!
¿En Quién esperamos? Esperamos en Dios, el creador de los cielos y la tierra.
Isaías 40:28 y 29:
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas, al que no tiene ningunas.
Comprender en Quién esperamos —en Jehová nuestro Dios— nos ayuda a ser pacientes y a confiar en Él. En el Salmo 62:1-8 leemos que Dios es nuestra salvación, es nuestra roca, nuestro refugio, la fuente de nuestra esperanza, nuestra gloria, nuestra roca fuerte. Cuando era niño e iba a pescar a la propiedad de mi abuelo, yo estaba seguro en que iba a sacar, no solo unos peces, sino que sacaría peces en abundancia. El estanque estaba bien abastecido y podía confiar que podía sacar de sesenta a setenta peces en un día. Tenía esa confianza porque sabía lo que había en el estanque y lo que estaba disponible. Dios tiene una fuente inagotable de suministro a la que podemos acceder con confianza cuando esperamos en Él.
Esperar en Jehová nos capacita para seguir avanzando en nuestras vidas. Puede ser muy fácil quedarse atascado en lo que vemos por nuestros cinco sentidos. Mas damos gracias a Dios por Su gran amor para con nosotros y por Sus promesas.
1 Tesalonicenses 1:10:
Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
El léxico de E. W. Bullinger, A Critical Lexicon and Concordance to the English and Greek New Testament (Léxico crítico y concordancia del Nuevo Testamento en inglés y griego), define «esperar» en este versículo como «permanecer firme, resistir, esperar como se espera el amanecer». Con la misma certidumbre con que sale el sol cada mañana, Jesucristo volverá. Dios cumplirá Su promesa; por lo tanto, permanecemos firmes en nuestras expectativas. Y a medida que lo hacemos, seguimos avanzando en la vida. Abraham es un gran ejemplo de alguien que esperaba pacientemente por la promesa que Jehová le había hecho y continuó avanzando en la vida. No dudó de la promesa de Dios en cuanto a su descendencia (Romanos 4:20 y 21); simplemente dándole gloria a Dios. Fue como si hubiera dicho: «Dios, simplemente te doy gracias por cumplir esta promesa». Abraham reclamó la promesa y siguió adelante con la firme expectativa de que Dios la cumpliría.
Una de las maneras como accedemos a Su inmenso poder y fuerza es esperando firmes, constantes y pacientemente en el Dios eterno, en Jehová, el cual creó los confines de la tierra.
Isaías 40:31:
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
«esperan» en este versículo significa «esperar con firmeza, confiar … esperar que algo se efectúe, y esperar firme y pacientemente hasta que se efectúe». Dios tiene todo lo que necesitemos —podemos acudir a Él para tener fuerzas nuevas y multiplicadas, levantando alas como las águilas. ¡No desfalleceremos ni nos fatigaremos con cansancio a medida que esperamos en Él! Es mucho más fácil esperar expectantes a que Él cumpla Su Palabra en nuestras vidas cuando miramos a Dios y no a lo que tenemos enfrente. Nuestro maravilloso Padre celestial ha prometido que no nos desamparará, ni nos dejará (Hebreos 13:5). Él siempre estará presente para cumplir Sus promesas, así que podemos tener confianza en Él y esperar pacientemente en Él con expectativas.
Saber en Quién esperamos nos ayuda a ser pacientes y a tener confianza. Esperar en Jehová es lo que nos capacita para avanzar fortalecidos en nuestras vidas. Dios cumplirá Sus promesas, con la misma certidumbre que tenemos de que el sol saldrá cada mañana.