Cuando renacemos (Romanos 10:9,10), Dios nos da el don de espíritu santo para que a través de Su poder y Su ayuda podamos crecer hasta ser más como Cristo. En Romanos, capitulo 12, encontramos la clave para evidenciar ese poder espiritual:
Romanos 12:1,2:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Renovar la mente es el proceso por el cual decidimos poner en la mente aquello que Dios nos creó que fuéramos espiritualmente. En esencia, mantenemos la Palabra de Dios en nuestra mente y actuamos conforme a ella. Esto es lo que nos exhorta Romanos 13:14 a hacer, cuando dice: «sino vestíos del Señor Jesucristo…». ¿Dónde nos vestimos del Señor Jesucristo? En nuestra mente. Cuando escogemos pensamientos que engrandecen lo que somos en Cristo, podemos manifestar el poder de Dios en nuestra vida. Comenzamos a soltar el poder potencial que recibimos al tiempo en el momento del nuevo nacimiento. ¡Esa es una maravillosa transformación!
Ya que poner la Palabra de Dios en nuestra mente es fundamental para renovarla, vamos a querer estudiarla. Leer la Palabra cada día y desarrollar un entendimiento Bíblico son pasos claves para ayudarnos a crecer en la renovación de la mente, a fin de que contantemente manifestemos el poder de Dios.
Renovar la mente es un proceso diario; por lo tanto, contribuimos a este proceso más eficazmente cuando estudiamos la Palabra de Dios cada día. Eso fue lo que hicieron los judaítas en Berea cuando les enseñó el apóstol Pablo.
Hechos 17:11:
Y éstos [judaítas en Berea] eran más nobles que los [judaítas incrédulos] que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Los judaítas en Berea fueron a las escrituras que estaban disponibles a ellos y las escudriñaron cada día. El versículo 12 nos dice el resultado de sus esfuerzos: «Así que muchos de ellos creyeron…». ¡Ellos creyeron la Palabra que se les enseñó! Mientras más Palabra leemos y estudiamos, más podemos creer y renovar nuestra mente y más podemos crecer para ser más como Cristo. El estudio constante establece el ambiente para el crecimiento constante. Formar el hábito del estudio diario no es difícil. De hecho, una clave maravillosa para estudiar la Palabra es sencillamente disfrutar la lectura de la Biblia. Por medio de leer la Palabra, podemos hacerla nuestra delicia—el gozo de nuestro corazón.
Jeremías 15:16:
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
A veces Jeremías no tenía accesible la Palabra escrita, como la tenemos hoy día; pero miren su actitud cuando sí la tuvo. Él «la comió», queriendo decir que la leyó. Jeremías disfrutó la lectura de la Palabra de Dios y vean el efecto que tuvo en él. Fue el gozo y alegría de su corazón.
Otro paso que nos ayudará a crecer en la mente renovada es desarrollar nuestro entendimiento Bíblico. Leer cada día la Biblia es vital para nuestro crecimiento espiritual, sin embargo escudriñando más profundamente en las Escrituras es cómo desarrollamos nuestro entendimiento Bíblico. Haciendo esto involucra la ayuda de maestros y ministros. Vemos un ejemplo de esto en Hechos, capitulo 8.
En el versículo 28, vemos a un hombre de Etiopía, quien regresando a casa desde Jerusalén, leía en el Libro de Isaías del Antiguo Testamento. El hecho de que está leyendo las Escrituras nos dice que él las entiende hasta cierto punto, pero a medida que se desenvuelve el relato, vemos que él tiene problemas entendiendo una sección en particular. ¿Cómo va el etíope a desarrollar su entendimiento Bíblico para poder estudiar y aplicar la Palabra de Dios más efectivamente? Dios le envió a Felipe para que le enseñara.
Felipe llegó directo al corazón del asunto cuando dijo en el versículo 30: «…¿Entiendes lo que lees?» El etíope respondió con esta maravillosa respuesta honesta:
Hechos 8:31,35:
El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.
Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Felipe ayudó a desarrollar el entendimiento Bíblico del hombre a medida que le desenvolvía las Escrituras, y el etíope siguió su camino regocijándose. Nuestro ministerio de investigación, enseñanza, y comunión Bíblicas hace lo mismo para hombres y mujeres hoy en día. Las clases en la serie sobre El Camino de abundancia y poder edifican el entendimiento Bíblico de los estudiantes de una manera excepcional, con el máximo aprendizaje en el mínimo de tiempo.
La mente renovada es la clave al poder. A medida que escogemos poner pensamientos que engrandecen quiénes somos en Cristo, soltamos el poder potencial que recibimos en el momento del nuevo nacimiento. Ya que vestirnos de la Palabra de Dios en nuestra mente es fundamental para renovarla, vamos a querer estudiarla. Leamos la Palabra cada día y desarrollemos nuestro entendimiento Bíblico para que podamos crecer hasta ser más como Cristo, y manifestar constantemente el poder de Dios.