Cuando era niña, nuestras vacaciones familiares solían ser viajes para acampar. Mi papá y mi mamá nos llevaban a mis hermanas y a mí a un hermoso campamento en el bosque o cerca de la orilla del mar, e instalaban allí nuestra gran carpa, nuestra estufa y varias sillas de patio. Esta sería nuestra casa por unos días. Prácticamente ellos nos daban rienda suelta para que pudiéramos correr por el campamento, hacer caminatas, seguir alguna ruta de senderismo y volver a reportarnos a la hora de comer. Todo era muy divertido hasta que oscurecía. Como no podíamos ver muy bien, ¡nos daba un poco de miedo allá afuera! Regresábamos rápidamente a «casa», donde nuestro papá había encendido unas linternas de propano y las había colocado alrededor del campamento. Nuestro papá convertía nuestra oscuridad en luz y siempre estábamos muy agradecidas. ¡Nos sentíamos seguras y sin miedo!
Como creyentes renacidos, somos luz en el Señor (Efesios 5: 8). Tenemos la capacidad de llevar la luz de Dios a las personas que andan en tinieblas, a medida que nosotros resplandecemos como luminares en este mundo. Así como la gente necesita la luz física para caminar con seguridad y sin miedo, ellas también necesitan la luz espiritual de la Palabra de Dios para andar con seguridad, sin peligro y sin miedo. Podemos mostrarle a la gente que Dios es luz, que Su Palabra es luz y que Su Hijo fue luz mientras estuvo en la tierra. Examinemos algunos versículos que nos muestran esto.
DIOS ES LUZ
I Juan 1:5:
Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
Santiago 1:17:
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Salmos 27:1:
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
LA PALABRA DE DIOS ES LUZ
Salmos 119:105:
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
Salmos 19:8:
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
Proverbios 6:23:
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen.
Dios es luz y Su Palabra es luz. Resplandecemos la luz de Su Palabra en nuestras vidas al leerla, estudiarla y recordarla. De esta manera, tenemos la verdad que necesitamos para andar con abundancia y poder, resplandeciendo como luminares para otros. Podemos vivir de esta manera debido a todo lo que Jesucristo logró por nosotros. Él fue la luz del mundo mientras estuvo en esta tierra.
JESUCRISTO FUE LA LUZ DEL MUNDO
Juan 9:5:
Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Jesucristo ya no está en esta tierra, ¡pero nosotros sí estamos!
Cuando nos mantenemos enfocados en la Palabra de Dios, la luz de Su Palabra en nuestras vidas disipa las tinieblas. La Palabra de Dios alumbra nuestros ojos e ilumina nuestros caminos para que podamos andar en Su abundancia y poder. Ahora tenemos el privilegio de resplandecer como luminares en este mundo, de ser los dadores de luz.
Filipenses 2:15,16:
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares [dadores de luz] en el mundo;
asidos de [declarando] la palabra de vida….
A medida que andemos en la luz de la Palabra de Dios y tomamos el lugar de Jesucristo en esta tierra, podemos traer luz a otros al declarar la Palabra de Vida. Podemos ser esos dadores de luz para aquellos que estén andando en tinieblas y que tengan miedo. ¡Podemos ayudarlos a encontrar el camino a la abundancia y el poder, a medida que resplandecemos como luminares en este mundo!