De acuerdo con la Biblia, Dios es Espíritu (Juan 4:24); por lo tanto, Él no tiene ninguna forma física. La Biblia también dice que Dios es invisible (I Timoteo 1:17) y que nadie le vio jamás (Juan 1:18). Basado solamente en este conocimiento, ¿entonces cómo podemos conocer a alguien Quien es invisible y Quien nadie le ha visto? ¿Cómo podemos conocer a Dios Quien es Espíritu, ya que no tiene ninguna forma física? Podemos conocer a Dios porque Él hizo una manera para que nosotros le conociéramos—Él se ha revelado a Sí mismo por medio de Su Palabra y por medio de la vida de Su Hijo Jesucristo.
La comunicación de Dios de Sí mismo por medio de la Palabra hablada y escrita vino en manifestación cuando «…santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (II Pedro 1:21). El espíritu proveniente de Dios estaba sobre todos los profetas que hablaron y escribieron la Palabra de Dios. No todo lo que Dios le reveló a los profetas fue escrito, pero lo que sí fue escrito incluye aquello que es necesario para la salvación y para nuestro aprendizaje.
II Pedro 1:3:
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
La Biblia es la Palabra y voluntad reveladas de Dios en forma escrita. Así que, a medida que comenzamos a conocer lo que la Palabra de Dios dice y vemos cuál es la voluntad de Dios, comenzamos a conocer a Dios. Tener la Palabra y la voluntad de Dios en forma escrita nos permite estar absolutamente claros en cuanto a lo que Dios quería comunicarnos acerca de Sí mismo. La Biblia es como tener una ventana para ver los pensamientos y el corazón en sí de Dios.
Salmos 33:11:
El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Dios nos revela cualidades de Sí mismo por medio de Su Palabra para que podamos conocerle. Por ejemplo, Él hace saber que Él es bueno (Salmos 34:8), es benigno (Lucas 6:35), y tiene gran amor por nosotros (Juan 3:16). El revela que conoce lo que nos falta (Filipenses 4:19) y está preparado, deseoso y es capaz de ayudarnos en todos los asuntos, grandes y pequeños (Romanos 4:21; Efesios 3:20; Mateo 6:25-33). Él quiere que sepamos que podemos contar con Él para que haga lo que Su Palabra dice que Él va a hacer.
Números 23:19:
Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
Dios se ha dado a conocer a Sí mismo por medio de Su Palabra. Por lo tanto, el «cómo» de conocer a Dios involucra recibir un conocimiento fundamental y exacto de la Palabra de Dios que se encuentra escrita en las páginas de la Biblia. Así es cómo podemos conocer a Dios.
Así como podemos conocer a Dios por medio de la Biblia, que es la Palabra y voluntad reveladas de Dios en forma escrita, también podemos conocerlo por medio de la vida de Jesucristo, la Palabra y voluntad reveladas de Dios en la carne.
Juan 1:14:
Y aquel Verbo [la Palabra revelada, Jesucristo] fue hecho carne, y habitó entre nosotros….
Aún cuando Jesucristo no está entre nosotros en la carne en este momento, lo que sí tenemos ahora son los relatos Bíblicos de su vida, escritas en las páginas de la Biblia. La vida de Jesucristo es distintivamente separada de la vida de todos los demás hombres. No solo es él un santo hombre de Dios a quien Dios le reveló Su Palabra y voluntad, sino también es el unigénito de Dios quien siempre hizo la voluntad de su Padre. Así que, a medida que vemos registrado en las escrituras el testimonio de su vida, vemos la Palabra y la voluntad de Dios dadas a conocer por medio de su vida.
Juan 8:28,29:
Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
…porque yo hago siempre lo que le agrada.
Juan 12:50:
…Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Ahora con este conocimiento y entendimiento, a medida que leemos los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan, no solo vemos el relato histórico de la vida de Jesucristo, sino también vemos la Palabra de Dios y la voluntad de Dios en acción por medio de cada palabra que Jesucristo habló y por medio de cada acto que él realizó. Así que, el cómo de «conocer» a Dios también involucra conocer la vida de Su Hijo Jesucristo.
Podemos conocer a Dios porque Dios hizo una manera para que nosotros le conociéramos—podemos conocerle por medio de Su Palabra escrita y por medio de la vida de Su Hijo. A medida que leemos la Palabra, aprendemos de la bondad, la benignidad y del amor de Dios. Llegamos a conocer Su voluntad y aprender que podemos contar con Él que hará lo que Él dice que hará. Cuando leemos los relatos de Jesucristo, vemos la voluntad de Dios en acción. Jesucristo siempre hizo la voluntad del Padre—su vida declaró a Dios. Así es cómo podemos conocer a Dios. Disfrute conociendo mejor a Dios cada día por medio de Su Palabra escrita y Su Hijo Jesucristo.