Como nuestro Padre celestial, Dios quiere estar íntimamente involucrado en nuestras vidas para guiarnos, protegernos y cuidarnos porque le pertenecemos a Él. En la Biblia, Dios utiliza diversos nombres para referirse a Sí mismo. Cada nombre tiene distintas características. Cuanto más aprendemos de estas características, más podemos creer para ver cómo Dios obra abundantemente en nuestras vidas. Uno de los títulos de Dios es Jehová—roí, Jehová nuestro Pastor.
Dios se compara a Sí mismo con un pastor y así enfatiza lo mucho que cuida de nosotros.
Salmo 23:1:
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
La frase «Jehová es mi pastor» se traduce de las palabras hebreas Jehová y roi. Jehová es el nombre de Dios que enfatiza Su relación con aquello que Él ha creado. Como Jehová, Dios quiere estar íntimamente involucrado en la vida de Su pueblo. La palabra hebrea roi, que se traduce como «mi pastor», es una forma de la palabra raah. Raah es un verbo que significa «cuidar, pastorear, apacentar o alimentar». Cuando se usa como participio, se traduce típicamente como «pastor» en la Versión Reina-Valera, Revisión 1960.
En los tiempos Bíblicos la gente entendía lo que un verdadero pastor hacía y por ende lo que este título de Dios significaba para sus vidas.
Con esto en mente, veamos lo que Dios hace como Jehová—roi, Jehová mi Pastor.
Isaías 40:11:
[Jehová] Como pastor [raah] apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
Aquí vemos a Jehová, en Su función como un pastor para Su pueblo. Él protege a Sus corderos llevándolos en Sus brazos. Al llevarlos en Su seno demuestra Su cuidado. Luego, Él guía a las recién paridas pastoreándolas suavemente. También podemos ver estas funciones y características de Jehová nuestro Pastor en el Salmo 23.
Salmo 23:1-3:
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
El pastor sabe que las ovejas deben comer vegetación verde y agradable y beber de aguas de reposo, así que las guía hasta allí. Como el pastor, Dios sabe lo que nosotros necesitamos física, emocional y espiritualmente. Él nos guía a lo que necesitamos para que seamos confortados y restaurados.
Por medio del poder de Dios como pastor, Él también protege a Su pueblo.
Salmo 23:4:
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
El pastor utilizaba su vara y su cayado para ahuyentar al enemigo, ya sean hombres o bestias.
Salmo 23:5:
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Esta es una maravillosa imagen del cuidado de Dios. El versículo dice: «unges mi cabeza con aceite». Esto demuestra el cuidado del pastor para ungir las cortaduras y heridas de las ovejas. El versículo 5 también dice: «mi copa está rebosando». Esto muestra que Jehová, nuestro Pastor, es un Dios de abundancia.
Salmo 23:6:
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Dios promete que el bien y la misericordia nos seguirán. Por lo tanto, podemos reposar y estar en paz, al tener nuestras almas restauradas así como el pastor restaura a sus ovejas.
En el Antiguo Testamento, a menudo se hace referencia al pueblo de Israel como ovejas. Debido a lo que Jesucristo logró por nosotros, los creyentes somos hijos de Dios hoy en día. Sin embargo, las cualidades del pastor continúan aplicándose a Dios, nuestro Padre, ya que Él nos guía, nos protege y cuida de nosotros, Su gente. Él nos guiará para que seamos confortados y restaurados. Quiere protegernos con Su fuerza, sanar todas nuestras heridas y cuidar de todos los aspectos de nuestras vidas. Dios quiere estar íntimamente involucrado en nuestras vidas. Él es nuestro Padre celestial, y le pertenecemos a Él.