Hace unos meses atrás, me estaban entrenando en un nuevo trabajo. Me habían dado todas las instrucciones en cuanto a los procedimientos a seguir y también me entregaron un dispositivo portátil de memoria USB para la computadora. Yo tenía un lugar específico para guardar el USB al finalizar cada día de trabajo. Un día cuando llegué al trabajo, no encontré el USB. Le informé a mi supervisor, quien también es creyente, y ambos oramos creyendo que Dios me mostraría dónde estaba el USB. Sabíamos que Él promete suplir todo lo que nos falta (Filipenses 4:19). Después de que ambos lo buscáramos sin poderlo encontrar, mi supervisor me dio otro USB para trabajar. Sin embargo, yo no dejé de creer que Dios me mostraría dónde estaba el primero que me habían dado.
Durante tres días antes de ir a trabajar, oré con la confianza de que Dios me mostraría dónde encontrar el USB perdido. En la mañana del cuarto día, fui a trabajar y noté que mi papelera estaba casi llena; así que, la llevé al basurero central para vaciarla allí. Cuando estaba a punto de hacerlo, oí una voz que me decía: «levanta primero la basura». Así que, antes de vaciarla, tomé un puñado de la basura que estaba encima y ahí estaba, ¡el USB que había estado buscando! Ahora podría seguir trabajando sin la preocupación de haber perdido algo que me habían dado. Yo había puesto mi confianza en que Dios cumpliría Su promesa de suplir lo que necesitaba, lo cual era encontrar lo que había perdido. Él dirigió mis pasos. Como Sus hijos e hijas, nosotros podemos tener la confianza plena de que Él cumplirá Sus promesas.
Romanos 4:21:
plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
Dios es capaz y está dispuesto a cumplir las promesas en Su Palabra. No tenemos que confiar en nuestro propio entendimiento para solucionar todos los problemas o las situaciones que nos pudieran desafiar en nuestras vidas. Nosotros tenemos el respaldo más grandioso: nuestro Padre celestial. Él está siempre presente para llevar a cabo Sus promesas; nosotros solamente tenemos que reclamarlas y creer que sucederán.
Para estar completamente convencidos de que Dios cumplirá Sus promesas y de que podemos reclamarlas, tenemos que saber cuáles de esas promesas son nuestras y averiguamos por medio de estudiar la Palabra de Dios y llegar a conocer esas promesas. Entonces podemos meditar en ellas y ver los resultados en nuestras vidas.
Salmos 1:2 y 3:
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
Podemos poner nuestra confianza en Dios siempre, no solamente por un corto tiempo o en una situación específica, sino siempre, porque Dios es plenamente confiable. Él nunca cambia (Malaquías 3:6). Dios es capaz y está dispuesto a llevar a cabo Su Palabra. Los siguientes versículos nos muestran que ciertamente podemos confiar en Él.
Salmos 34:8:
Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.
Salmos 62:8:
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio. Selah
Salmos 34:22:
Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían.
Salmos 37:5:
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Proverbios 16:20:
El entendido en la palabra hallará el bien,
Y el que confía en Jehová es bienaventurado.
Proverbios 3:5:
Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Salmos 118:8 y 9:
Mejor es confiar en Jehová
Que confiar en el hombre.
Mejor es confiar en Jehová
Que confiar en príncipes.
Primeramente, vamos a Dios y ponemos nuestra confianza en Él. Sabemos que podemos ir a Él en todo momento, que Él suplirá lo que nos falta, que Él es confiable y que Él es nuestro refugio, nuestra protección. Cuando tenemos confianza en Dios, no tenemos nada que temer ni preocuparnos, porque Él siempre cumplirá Sus promesas.
Proverbios 29:25:
El temor del hombre pondrá lazo;
Mas el que confía en Jehová será exaltado.
Si sentimos que las cosas están muy difíciles, podemos tener plena confianza en Dios. Podemos buscar en Su Palabra las promesas en cuanto a esa situación, las creemos y las reclamamos. Sabemos que Dios no solamente tiene el poder para volver una realidad lo que necesitamos, sino que también Él está dispuesto a hacerlo. A medida que conozcamos más y más de la Palabra de Dios, no habrá lugar para el temor, porque sabemos cuáles son las promesas que Dios tiene para nosotros como Sus hijos. ¡Podemos tener la confianza en que Dios cumplirá Sus promesas!