Las promesas de Dios siempre son suficientes para suplir nuestras necesidades, de modo que podamos vivir como más que vencedores en todas las situaciones de la vida. Un punto importante en nuestro estilo de vida de más-que-vencedores, es nuestra vida de oración. Tenemos la habilidad de orar de manera efectiva y perfecta para tener nuestras necesidades suplidas. Cualquiera de nosotros tiene el privilegio de orar a Dios y Dios sí escucha y responde nuestras oraciones. Como creyentes renacidos, equipados con el don de espíritu santo, tenemos poder desde lo alto para ayudarnos en nuestra vida de oración, especialmente en aquellos momentos cuando no sabemos por qué orar. El don de espíritu santo en nosotros nos ayuda por medio de capacitarnos para orar efectivamente y hacer posible que nuestras oraciones sean respondidas. Dios capacitó al creyente renacido para orar perfectamente por medio de orar en el espíritu, lo cual es hablar en lenguas.
I Corintios 14:15:
¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
En nuestra vida de oración, como creyentes renacidos, podemos orar de dos maneras: podemos orar con el entendimiento y podemos orar con el espíritu (I Corintios 14:15). Este artículo se enfocará en orar con el espíritu. Orar con el espíritu es hablar en lenguas. Hablar en lenguas es oración perfecta.
Romanos 8 explica con detalles esta gran clave para orar efectivamente.
Romanos 8:26:
Y de igual manera el Espíritu [Dios] nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo [el don en manifestación] intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Este versículo revela la enorme y única flaqueza o debilidad de los creyentes cuando oramos: «pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos». La manifestación de hablar en lenguas llena el vacío causado por nuestra falta de conocimiento o entendimiento de por qué orar. Tenemos la seguridad de que hablar en lenguas cuando oramos intercede por nosotros, porque Dios conoce los pensamientos del espíritu.
Cuando hablamos en lenguas, es el don del espíritu santo en nosotros en comunicación directa con nuestro Padre celestial. En la Clase fundamental sobre El Camino de abundancia y poder, aprendemos dieciocho beneficios y propósitos del hablar en lenguas. Uno de ellos es que el hablar en lenguas es orar perfectamente. Dios conoce nuestra necesidad, por lo que la oración en el espíritu es perfecta para cualquier situación. Efesios 6:18 muestra que podemos orar «en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu [por medio de hablar en lenguas]». «Súplica» es la expresión de una necesidad. Al hablar en lenguas, podemos orar a Dios por suplir necesidades específicas para nosotros y para los demás, incluso para aquellas necesidades que desconocemos.
Para vivir un estilo de vida de más-que-vencedores, se comienza con creer la Palabra de Dios y esto incluye hablar en lenguas, ya que es la oración perfecta. Una gran manera en la que hablar en lenguas nos da la victoria es que cuando hablamos en lenguas, nuestro espíritu intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.
Romanos 8:27:
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu [espíritu santo en manifestación], porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos [los creyentes renacidos].
También vimos en Romanos 8:26, que el don de espíritu santo «intercede por nosotros». En el versículo 26, el verbo traducido del griego como «intercede» significa interceder a favor de otro. En el versículo 27, vemos que el espíritu intercede «conforme a la voluntad de Dios». Dios conoce los pensamientos del espíritu, el don de espíritu santo. Cuando oramos en lenguas, podemos orar en favor de los demás para suplir necesidades específicas desconocidas por nuestros sentidos. Hablar en lenguas me ayuda a recordar que nunca estoy indefenso. Incluso cuando no sé por qué orar, Dios siempre está listo y dispuesto para suplir mis necesidades mientras hablo en lenguas.
Aquí está una cita maravillosa que me ha animado a hablar más en lenguas y no solamente durante situaciones difíciles: «Cuando todo esté tranquilo, hable en lenguas».
Es reconfortante y alentador saber que las promesas de Dios son suficientes para suplir todas nuestras necesidades. Definitivamente nosotros podemos vivir como más que vencedores en todas las situaciones de la vida. Mantengamos a Dios presente al hablar en lenguas, orando perfectamente, lo cual llena el vacío causado por nuestra falta de entendimiento de no saber por qué orar e interceder por los santos. Sí es algo que podemos hacer perfectamente, haciendo posible que las oraciones sean respondidas.
Para aprender más acerca del hablar en lenguas, comuníquese con nosotros para indicarle cómo puede participar en nuestra Clase fundamental sobre El Camino de abundancia y poder.