Se dice que si un hombre cree que va a tener éxito, está en lo cierto. Y si cree que va a fracasar, también está en lo cierto. En otras palabras, se determina tanto el éxito como el fracaso por lo que la persona cree que va a recibir. Creer es una ley; como uno crea, así recibirá. Y ¿sabía usted que hay dos tipos de creencia? Estas son (1) la creencia positiva, la cual produce un resultado positivo; y (2) la creencia negativa, la cual produce un resultado negativo.
La creencia positiva produce resultados positivos. Es inspirador leer en la Biblia relatos que describen a hombres y mujeres fieles que tomaron acción basada en las promesas de Dios y recibieron los resultados positivos de la creencia positiva.
En Hechos 27 hay un poderoso ejemplo del apóstol Pablo creyendo positivamente, aun en medio de graves circunstancias, y recibiendo resultados positivos. En este relato, Pablo era un prisionero en un barco que estaba siendo devastado por una tormenta enfurecida. Las cosas estaban tan mal que incluso los marineros más robustos en el barco habían perdido la esperanza de sobrevivir la tormenta. Pero Pablo no se dio por vencido. Él siguió creyendo positivamente por la liberación de Dios y confesó su creencia a toda la tripulación.
Hechos 27:22-25:
Pero ahora os [Pablo] exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
¿Se pueden imaginar al apóstol Pablo alentando a la tripulación a que tuvieran «buen ánimo» en medio de lo que pareciera una situación desesperanzada? La creencia positiva de Pablo de las palabras que el ángel de Dios le habló le dieron confianza para hablar por Dios y alentar al resto de las personas en ese barco. El resultado de la creencia positiva de Pablo se ve en Hechos 27:44, «…Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra». Aconteció justo como Pablo dijo que pasaría, porque Pablo creyó las palabras positivas de Dios que el ángel había dicho.
Así como la creencia positiva produce resultados positivos, así mismo la creencia negativa produce resultados negativos. Vemos esto en la vida de Job, quien habló acerca de las consecuencias que sufrió como resultado del temor—la creencia negativa—que había permitido en su vida. Según Job 1:5, Job tenía miedo que sus hijos no estuvieran respetando a Dios apropiadamente. Así que, continuamente ofrecía holocaustos por cada uno de ellos.
Job 1:5:
…Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos [sus hijos]. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
Job tenía miedo que sus hijos hubieran pecado y se hubieran separado de Dios en sus corazones. Job permitió que este miedo echara raíces en su vida, y como resultado de su creencia negativa (Job 1:13-19) sufrió las devastadoras consecuencias. En Job 3 la Palabra nos dice que Job reconoció que él recibió el resultado de su temor.
Job 3:25:
Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.
Temor—creencia negativa—es creer al revés. En vez de apropiarnos de las bendiciones y los beneficios que nuestro Padre celestial desea para nosotros, cuando creemos negativamente traemos para nosotros consecuencias y negativos.
El deseo de Dios para Sus hijos es que tengamos una vida en abundancia (Juan 10:10). Así que, ¿cómo recibimos las maravillosas bendiciones y beneficios que nuestro Padre celestial ha hecho disponible para nosotros? Por medio de creer las palabras positivas de Su Palabra. Dios nos ha dado grandes y preciosas promesas en Su Palabra escrita. A medida que practicamos la creencia positiva—creer las palabras positivas de la Palabra de Dios—recibiremos los resultados positivos que Dios desea para cada uno de nosotros.