¿Por qué tener comunión con creyentes de un mismo sentir?

¿Por qué tener comunión con creyentes de un mismo sentir?

¿Por qué tener comunión con creyentes de un mismo sentir? ¡Por que nos beneficiamos abundantemente en cuerpo, alma y espíritu! Tener comunión con creyentes de un mismo sentir nos ayuda a edificar el conocimiento de Dios en nuestras vidas y vivir Su Palabra, y nos ayuda a edificar un respeto genuino el uno por el otro.

Una vez que renacemos, pertenecemos a un cuerpo de creyentes—el Cuerpo de Cristo.


I Corintios 12:13:
Porque por un solo Espíritu
[Dios] fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos [judaítas] o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu [el don de espíritu santo].

Somos todos partícipes del don de espíritu santo proveniente de la misma Fuente, y ese don es la base de nuestra unidad espiritual. Ahora estamos unidos espiritualmente en este un solo Cuerpo.


I Corintios 12:27:
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

Cada miembro del Cuerpo de Cristo es un miembro único y necesario colocado en el Cuerpo para trabajar en armonía junto con todos los otros miembros. Hacemos esto por medio de vivir unánimes en la verdad de la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios nos muestra que desde los primeros días de la Administración de Gracia, los miembros del Cuerpo de Cristo vivían la Palabra de Dios y tenían comunión juntos con creyentes de un mismo sentir.


Hechos 2:41,42:
Así que, los que recibieron su palabra
[la de Pedro] fueron bautizados [renacidos]; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

La verdadera comunión esta basada en la doctrina de la Palabra. Los apóstoles enseñaron la doctrina—el estándar para creer correctamente—y cada uno de los creyentes se apropió de ella y la vivió. Los creyentes primero tuvieron comunión con Dios como su Padre y luego unos con otros. Estando juntos cada día, estos creyentes compartían plenamente unos con otros y tenían un mutuo interés. Esto se manifestaba en el hecho de que estuvieron unánimes en la Palabra.

Aquí hay algunos ejemplos en el Libro de Hechos de cómo la comunión de creyentes de un mismo sentir ayudó a otros. Observen el apoyo individual y colectivo dado y recibido en la comunión de los creyentes en estos cuatro relatos.


Hechos 4:23:
Y puestos en libertad, vinieron
[Pedro y Juan] a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.

Después de que Pedro y Juan habían sido amenazados por las autoridades de Judea por haber enseñado y sanado en el nombre de Jesucristo, ellos regresaron a su comunión de creyentes de un mismo sentir y compartieron todo lo que les había sucedido. Luego ellos oraron con ellos por más denuedo para hablar la Palabra, lo cual resultó en la manifestación de gran poder (Hechos 4:24-33).


Hechos 12:12,17:
…llegó
[Pedro] a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

Después de que Pedro fuera liberado de la cárcel por un ángel del Señor, él primero fue a una comunión hogareña cercana. Estos eran creyentes de un mismo sentir que habían estado orando por Pedro, cuya liberación fue milagrosa. Ahora veamos ejemplos en la vida de Pablo.


Hechos 9:19:
Y habiendo
[Saulo—luego llamado Pablo] tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.

Poco después de que Pablo había renacido, él paso tiempo en comunión con creyentes renacidos en Damasco, poniéndose de un mismo sentir con ellos. Aquí hay otro relato de la continua comunión de Pablo con los creyentes.


Hechos 14:26-28:
De allí
[Pablo y Bernabé] navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.
Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

Después de su viaje, Pablo y Bernabé regresaron a su casa de origen, a la comunión que los había enviado. Ellos compartieron con estos creyentes de un mismo sentir acerca de cómo Dios había obrado en ellos.

Tener comunión con creyentes de un mismo sentir provee posibilidades para dar y recibir. Los beneficios son numerosos, puesto que traen provecho en cuerpo, alma y espíritu. Aquí hay algunos ejemplos de beneficios que podemos volver una realidad cuando tenemos comunión con creyentes de un mismo sentir:


  • Damos y recibimos exhortación, consolación y edificación por medio de la Palabra que nos hablamos unos a otros.


Colosenses 3:16:
La palabra de
[perteneciente a] Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.


I Tesalonicenses 5:11:
Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.


  • No estamos solos en las victorias de la vida ni en los retos.


I Corintios 12:26:
De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.


Filipenses 1:27,28:
Solamente que os comportéis
[manera de vivir] como es digno del evangelio de [perteneciente a] Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu [estén firmes como uno, espiritualmente], combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.


  • Divulgamos la Palabra del Señor a medida que vivimos esa Palabra juntos.


I Tesalonicenses 1:8:
Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.


  • Desarrollamos gran respeto por la Palabra de Dios y el uno por el otro.


Hechos 2:42,43:
perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Y sobrevino temor
[respeto] a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

A medida que tenemos comunión con creyentes de un mismo sentir en el Cuerpo de Cristo, nosotros podemos edificar el conocimiento de Dios en nuestras vidas, apropiándonos de él, y edificar un respeto genuino el uno por el otro. Cuando uno se goza, todos nos gozamos. Esta es la Palabra y la voluntad de Dios. Por eso es que tenemos comunión con creyentes de un mismo sentir.

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