¿Alguna vez ha enfrentado una situación que parecía estar fuera de su control? ¿Quizá usted estaba abrumado por circunstancias financieras, o estaba enfrentado la presión de llevar a cabo algo que parecía imposible de hacer? ¿Sintió usted que la única opción que tenía era darse por vencido o ignorar el asunto? Situaciones como estas introducen incertidumbre en nuestras vidas y pueden tentarnos a temer. Pero el temor es el enemigo que puede sellar nuestro fracaso en muchas situaciones.
Proverbios 29:25:
El temor del hombre pondrá lazo;
Mas el que confía en Jehová será exaltado.
«El temor del hombre pondrá lazo…». Como un lazo, el temor puede atarnos en nuestras mentes y atraparnos. Puede causar que nos sintamos como si no tuviésemos a dónde ir para pedir ayuda. Puede frenarnos de seguir adelante. Puede detenernos de ser los hombres y las mujeres que Dios nos ha capacitado para ser. El temor es la causa básica de cualquier derrota y fracaso en la vida de un hombre o de una mujer…PERO hay una manera de vivir libres del temor: ¡podemos poner nuestra confianza en Dios! «…el que confía en Jehová será exaltado».
Nuestro Dios es confiable y Él nos librará del temor.
Salmos 34:4:
Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
Si somos tentados a temer en cualquier situación de la vida, podemos centrar nuestra atención en Aquel Quien nos libra del temor. Podemos buscarle por medio de buscar Su maravillosa Palabra, la cual nos provee de respuestas sólidas en las que podemos confiar para ser victoriosos. A medida que encontramos respuestas en Su Palabra, podemos poner toda nuestra confianza en Él, al poner esa Palabra en nuestras mentes y al retenerla.
Sin importar cuán tensa pueda ser nuestra situación—cuánta presión, cuántos negativos, o cuán oscura sea—es posible vivir por encima del temor. Ya que el temor ocurre en la mente, podemos vencerlo por medio de aprender cómo controlar nuestros pensamientos. Es un asunto de la voluntad. Sencillamente escogemos renovar nuestras mentes a la luz de la Palabra de Dios.
Romanos 12:2:
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
En vez de conformarnos a los negativos de este mundo, podemos ser transformados. «Transformaos» viene de la palabra griega metamorfóo, que también se traduce «transfigurarse». Podemos cambiar la figura o el modo de pensar de nuestra mente. Como la metamorfosis de la oruga hasta ser una mariposa, la mente puede ser transfigurada. Cada uno de nosotros puede amoldar su mente a una nueva figura hermosa, a medida que nos vestimos de la Palabra de Dios. Nos vestimos de la Palabra de Dios en nuestra mente y decidimos pensar y actuar de acuerdo con la verdad de esa Palabra.
Los pensamientos retenidos en la mente y creídos tienen un efecto poderoso en la vida de una persona, como está escrito en Juan 6:63, donde Jesucristo dijo: «…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida». Para renovar o cambiar la mente, tenemos que alimentar la mente con los pensamientos apropiados. Esto requiere reemplazar los pensamientos negativos con pensamientos positivos provenientes de la Palabra de Dios.
2 Corintios 10:5:
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Podemos llevar todo pensamiento cautivo a la Palabra de Dios. A medida que lo hacemos, nuestras vidas cambiarán hacia lo mejor, desde adentro hacia afuera. Un ejercicio sencillo para lograr esto es reemplazar cualquier pensamiento negativo con tres pensamientos positivos llenos de la Palabra. ¡Inténtelo! Se verá transformado del temor a la libertad, por medio de arraigar las soluciones sólidas de Dios en su corazón y en su vida.
2 Timoteo 1:7:
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía [temor], sino de poder, de amor y de dominio propio.
Dios no es la fuente del temor. Dios es la fuente de poder, de amor y de dominio propio, y podemos reclamar eso en nuestras vidas. En nuestro diario vivir, podemos decidir no estar atrapados por el temor sino poner de corazón toda nuestra confianza en Dios y en Su Palabra. A medida que buscamos al Señor por medio de encontrar nuestras respuestas en Su Palabra y de renovar nuestras mentes, sabemos que Dios va a respaldar Su Palabra y nos dará la liberación. Sí, ¡nosotros podemos vivir libres del temor!