Nuestras relaciones en el hogar mejoran cuando entre nosotros mantenemos una buena comunicación según Dios. Viví esa experiencia cuando compartí la misma casa con algunos creyentes que trabajaban en el turno de la madrugada en una tienda cercana adonde vivíamos. Debido a su horario, ellos desayunaban antes de irse a trabajar y dejaban los platos en el fregadero, con la intención de lavarlos tan pronto como regresaran a casa. Normalmente yo me despertaba después de que ellos salían a sus trabajos y también tenía platos para lavar antes de salir. A mí me resultaba normal lavar los platos de todos.
Disfrutaba lavar los platos y pensaba que era una bendición para mis compañeros. Sin embargo, nunca les llegué a comunicar que me gustaba hacer esa responsabilidad en la mañana. Así que, cuando volvían a casa día tras día y veían que los platos ya estaban lavados, les preocupaba que yo me sintiera obligada a hacerlo. Así que, uno de ellos me lo comentó. Mientras hablábamos, me di cuenta de que yo nunca les había dicho que era un gozo para mí lavarlos. Yo asumí que ellos sabían que a mí me bendecía hacerlo. El asunto se resolvió rápidamente. Se reanudó la paz en la casa y aprendí una lección valiosa: la comunicación contribuye enormemente a un hogar en paz y según Dios.
Isaías 32:18:
Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
Dios quiere que vivamos en moradas de paz y en lugares de reposo. Podemos hacer Su voluntad al mejorar nuestra habilidad para comunicarnos. Consideremos algunas maneras de comunicarnos que podemos implementar para ayudarnos a mantener la paz en el hogar.
PODEMOS COMUNICARNOS CON CLARIDAD Y CON RESPETO
La comunicación es la transmisión de información, pensamientos o sentimientos para ser recibidos y comprendidos de manera agradable. Gran parte de nuestra comunicación en el hogar es verbal, escrita o visual. Cualquiera que sea la forma en que nos comuniquemos, podemos hacerlo con respeto. Por ejemplo, podemos informarle a nuestra familia o compañeros cuando vamos a ausentarnos de la casa, podemos mantenernos comunicados durante el día, esforzarnos en mantener un tono respetuoso y comunicarnos de una manera que contribuya a la paz.
Romanos 14:19:
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Queremos que nuestras palabras sean agradables al oído y suaves al alma (Proverbios 16:24). Respetamos a aquellos con quienes vivimos y nos comunicamos de una manera clara y completa para que ellos entiendan.
PODEMOS SER BUENOS OYENTES
El objetivo de la comunicación es que la información se reciba y se comprenda. Por lo tanto, saber escuchar es una parte importante de la comunicación. Es vital para recibir la información.
Santiago 1:19:
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.
La Palabra de Dios nos dice que seamos prontos para oír. Esto puede significar que cuando las personas con las que vivimos nos están hablando tengamos que eliminar ciertas distracciones tales como los teléfonos, la televisión o la música. Si alguien de la casa nos dice algo, podemos repetirle lo que acabamos de escuchar para asegurarnos de que entendimos lo que nos dijo. Como creyentes renacidos, debemos ser seguidores o imitadores de Dios (Efesios 5:1). Dios nos escucha cuando le hablamos (Salmos 116:1). Del mismo modo, podemos escucharnos bien unos a otros con el objetivo de entendernos.
PODEMOS RESOLVER CONFLICTOS SEGÚN LA PALABRA
Puede suceder que tengamos discrepancias, malentendidos o desacuerdos con las personas que viven con nosotros. Cuando esto ocurre, hay pasos que podemos tomar en nuestras comunicaciones para volver a vivir en paz. Primero, como miembros de la familia o compañeros de habitación, establecemos unos estándares que aplican a nuestra situación en particular. Como creyentes renacidos, tenemos la Palabra como nuestro estándar y tenemos la capacidad de renovar nuestras mentes a la Palabra de Dios. Una exhortación Bíblica a la que podemos adherirnos mientras buscamos resolver el conflicto es hacer un esfuerzo intencionado por vivir juntos en paz.
Romanos 12:18:
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Luego, identificamos aquello en qué no estamos de acuerdo y buscamos reconciliarnos basados en la Palabra en la que sí estamos de acuerdo. Mantenemos nuestras voces suaves y evitamos decir cosas de las cuales podamos arrepentirnos después (Proverbios 15:1 y 2). Pedimos disculpas si es necesario y nos perdonamos unos a otros para que podamos volver al gozo de vivir juntos en armonía.
Una comunicación según Dios nos ayuda a vivir en paz en nuestros hogares y hay muchas formas en que podemos hacerlo. Podemos comunicarnos con claridad y respeto y escucharnos con atención unos a otros, transformando nuestros hogares en refugios donde experimentamos paz. Y si a veces nos comunicamos mal, aún podemos encontrar formas de hacer la Palabra y volver a ese hogar de paz que Dios desea para Sus hijos. ¡Disfrutemos de vivir la Palabra de Dios en nuestras comunicaciones en el hogar y de hacer que nuestras relaciones prosperen en paz!